10.8.08



AHORA ENTIENDO TODO

Por medio de mis padres, hoy me entero que de chica siempre aborrecí las malas palabras.
Cuando alguien las pronunciaba solía taparme los oídos, aunque no estuviesen dirigidas hacia mi. Esta actitud era un tanto extraña, si explico que mi flia siempre fue y es un ligeramente boca sucia. No se putea todo el tiempo, pero sí cuando es necesario (y un poquito más, por las dudas).
Con el correr de los años creo haber hallado la raíz de mi gusto por ser boca sucia. La abuela Irma, un extraordinario personaje del árbol genealógico, es una diosa de la puteada. Siempre sabe cuando utilizarla, cuando esconderla y cuando disfrazarla.
Desde pequeña la escuché, y evidentemente por un tiempo mucha gracia no me causó, pero la tentación por decir a viva voz un "pedazo de pelotudo" no tardó en encerderse.
Un dicho, pronunciado por la abue, y que hoy es biblia de sus siete nietos fue sin duda el inicio en este camino sin retorno que son las malas palabras. Lo comparto:


ADIOS ENCANTO DE LA MIERDA PURA,

SORETE DURO, ¿QUIÉN TE CAGÓ?

ANDÁ A LA MIERDA CON TU HERMOSURA

Y ANDÁ A LA PUTA QUE TE PARIÓ


...

1 comentario:

Opera Prima Blog dijo...

Bienvenida a la blogosfera. nos veremos prontito.
besos